South American Research Journal, 4(1), 26-31
https://www.sa-rj.net//index.php/sarj/article/view/54
ISSN 2806-5638
resultados concuerdan con investigaciones previas realizadas
en Chile (Vega, 2018) y en Tungurahua, Ecuador (Bustos y
Vásquez, 2022), las cuales coinciden en que el nivel más alto
corresponde a la autoestima positiva y el más bajo a la
autoestima negativa. Sin embargo, estos hallazgos contrastan
con un estudio realizado en China, que concluye que la
migración tiene un impacto negativo en la salud mental, y,
por ende, la mayoría de los participantes reportan una
autoestima de nivel medio (Shen et al., 2019). De esta
manera, los resultados reflejan la variabilidad cultural y
contextual que puede influir en el comportamiento y las
percepciones de la autoestima.
En cuanto a la autoestima positiva, esta se asocia con la
autoaceptación, la autovaloración y el deseo de superar las
carencias. Esto sugiere que la mayoría de los estudiantes en
situación de migración interna se perciben como capaces de
enfrentar los retos de la vida diaria y triunfar en el logro de
sus metas desde una perspectiva realista y optimista (Dyer,
En cuanto a las dimensiones de la felicidad, la más
predominante fue la alegría de vivir, mientras que la menos
puntuada fue la realización personal. Esto coincide con una
investigación realizada en estudiantes de enfermería en
México, donde el puntaje más alto también correspondió a la
dimensión de alegría de vivir (Núñez et al., 2015). Otro
estudio realizado en Ecuador afirma que la alegría de vivir fue
la dimensión predominante (Silva y Quezada, 2022).
Según Alarcón (2006), la alegría de vivir se relaciona
con la apreciación de la vida, un estado generalizado de
bienestar y las experiencias positivas. El hecho de que esta
dimensión tenga la media más alta sugiere que los estudiantes
migrantes tienen una perspectiva optimista tanto de sí mismos
como de su entorno, lo que refleja una percepción general de
comodidad. Los desencadenantes de estos estados positivos
incluyen la adaptabilidad de los migrantes a sus nuevos
entornos y su evaluación positiva de sus vivencias (Alarcón,
2015; Hendriks, 2015).
2
019). Por otro lado, una minoría de los participantes presenta
En contraste, la dimensión menos predominante fue la
realización personal, lo que concuerda con los hallazgos de
Silva y Quezada (2022), quienes también encontraron que
esta era la dimensión menos puntuada. La realización
personal abarca la autonomía, la felicidad plena, la sensación
de paz y el logro de metas (Alarcón, 2006). Su baja
puntuación indica que los estudiantes podrían manifestar
intranquilidad emocional y falta de autonomía (Alarcón,
2015).
Por otro lado, los resultados de la correlación positiva y
significativa entre la autoestima y la felicidad coinciden con
una investigación realizada en estudiantes de enfermería
intercultural en México, la cual también encontró una
correlación significativa y positiva entre ambas variables,
aunque no se observó la misma relación en las dimensiones
de sentido positivo de la vida y realización personal (Núñez
et al., 2015). Sin embargo, estos hallazgos difieren de otros
estudios donde la autoestima mostró una correlación
significativa únicamente con la satisfacción vital, pero no con
la felicidad y el optimismo (Vera et al., 2009). Un estudio
realizado en Ecuador concluyó que, aunque no se
correlacionaron directamente, la autoestima y la felicidad se
ven afectadas positivamente por factores como la edad, un
buen estatus socioeconómico y la práctica de hobbies (Paz et
al., 2022).
La autoestima y la felicidad son pilares de la psicología
positiva, ya que comparten elementos comunes que provocan
una relación positiva entre ellas, como lo han demostrado
varios estudios (Núñez et al., 2015; Méndez et al., 2021). Sin
embargo, múltiples factores pueden modificar esta relación,
evidenciando que algunas variables influyen más que otras en
cada constructo (Vera et al., 2009). Las investigaciones
sugieren que altos niveles de felicidad están más asociados
con la extroversión y la sociabilidad, mientras que la
autoestima depende más de la valoración de las capacidades
en relación con los logros alcanzados.
Según las puntuaciones de estas dos variables, se infiere
que los estudiantes migrantes muestran un mayor apego hacia
el logro y una valoración positiva de sus capacidades, aunque
esto se refleja en menor medida en la satisfacción subjetiva
de sus vidas (Lyubomirsky et al., 2005; Alarcón, 2006; Çiçek,
2021).
una autoestima negativa, lo que implica sentimientos de
rechazo, insatisfacción y desprecio hacia sí mismos. Además,
existe un número considerable de estudiantes con una
autoestima media que, aunque no representan mayores
dificultades, es importante fomentar su mejora. Para lograrlo,
es esencial trabajar en la forma en que se interpretan y
procesan los eventos y experiencias de la vida, promoviendo
una reevaluación y sustitución de afirmaciones negativas por
otras más objetivas y positivas (Rosenberg, 1965; Leyba,
2
019). De esta manera, se contribuirá al desarrollo integral y
al fortalecimiento del bienestar psicológico de los estudiantes.
El significativo número de estudiantes con autoestima
media y negativa podría atribuirse tanto al rol de estudiante
como al fenómeno migratorio, el cual conlleva desafíos para
la salud mental (UNESCO, 2019; Moreta et al., 2021). Esto
puede representar una alerta ante la presencia de afecciones
mentales como ansiedad, depresión y estrés (Suárez y
Vásquez, 2021). Ante esta situación, resulta crucial fortalecer
la autoestima de los estudiantes universitarios en condición
de migración interna como parte de la educación emocional
integral (Arguedas, 2021).
Asimismo, se observó que los estudiantes en situación
de migración interna presentaron principalmente niveles
medios o muy bajos de felicidad. Estos hallazgos difieren de
un estudio realizado en Perú, que destacó que los estudiantes
de Psicología son altamente felices (Eugenio et al., 2016). No
obstante, los resultados coinciden con otras investigaciones
en contextos migratorios, que afirman que las personas
migrantes tienden a tener una menor prevalencia de felicidad
en comparación con los nativos (Hendriks, 2015). En
consecuencia, estos resultados subrayan la necesidad de
implementar estrategias que promuevan el bienestar
emocional y la resiliencia de los estudiantes en situación de
migración interna.
De acuerdo con Gardiner et al. (2022), un alto nivel de
felicidad se asocia con la tendencia a experimentar afecto
positivo, juego, alegría y optimismo, mientras que las
personas infelices tienden a ser críticas, irritables y a sentir
culpa. Al igual que la autoestima, es posible que las demandas
académicas y el fenómeno migratorio dificulten el alcance de
niveles óptimos de felicidad en los estudiantes (UNESCO,
2
019; Moreta et al., 2021).
En la Tabla 3 se muestran las correlaciones entre la
autoestima y la felicidad según la región de origen de los
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