South American Research Journal, 1(1), 41-55
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/5
ISSN 2806-5638
/
/
eres la espina de la traición.” El texto concluye con el
(
(
(
(
(
(
(
(
(
(
(
(
(
(
(
(
1) Cuando el sol se escondía tras los montes,
2) a la vera del camino yo encontré
3) un anciano que llorando amargamente
4) esta historia de tragedia me contó:
5) “Una tarde de septiembre en primavera
6) a la chica de mis sueños la encontré
7) y con besos y con flores nos juramos
8) una eterna primavera entre los dos.
9) Pasó el tiempo y feliz con ella estaba
10) y una noche con otro hombre me engañó.
11) Ella se fue, robó mi amor.
12) por eso vivo yo en la calle de los olvidados.
13) Allá solo vamos los que no tenemos nada,
14) todos los parias vamos allá.
15) Allá hay tristeza, hay desolación.
16) Ella se fue, robó mi amor.”
deseo, puramente retórico, del hablante lírico de borrar
de su memoria la figura de la persona amada.
El texto lírico de la canción El baladí se inscribe
en la corriente tradicional de la canción popular que tiene
al amor como eje central, y en el que la mujer, o las
múltiples y variantes concepciones de mujer (Martínez,
2
006), se constituyen en parte fundamental de la temática
de los cantautores iberoamericanos, no solo por su clásica
asociación con los temas amorosos, sino como partícipes
de las nuevas sociedades imaginadas y recreadas por tales
artistas. A su vez, la letra de la canción se aproxima a
aquel recurrente concepto que define a la mujer como
dueña de ciertos estereotipos: traicionera, cruel,
insensible o manipuladora (Guarinos, 2012) y cuya
víctima es el varón; el cual, debido a las “perversas
artimañas” de ella, pasa de ser el sujeto conquistador a
conquistado.
Respecto a su estructura, el texto de la balada La
calle de los olvidados inicia con un verso endecasílabo,
pero a partir de los siguientes versos la métrica se
modifica y, hasta el octavo verso, pasan a ser
dodecasílabos. En el noveno verso la métrica vuelve a ser
endecasílaba. Según la acentuación de la palabra final de
cada uno de los versos, se observa que esta primera
sección se constituye en una combinación de versos
oxítonos y proparoxítonos. Las palabras que contribuyen
Análisis formal-estructural
Estructura: Introducción - A - B (suspensivo V) -
repetición de introducción - A - B (conclusivo I).
Esta balada (ver imagen 1) se desarrolla en un
compás de cuatro por cuatro; está basada en una
estructura de motivos de dos compases con sus respuestas
de la misma métrica tanto en la introducción como en
a
“
la primera tipología son: “encontré”, “contó”,
encontré”, “dos”, “engañó”; mientras el segundo tipo de
“
A” y en “B”. En “B” los motivos conforman frases de
ocho compases. En suma, toda la obra consta de un
período regular de treinta y dos compases con repetición.
La armonía –muy usual en las baladas de los años
sesenta– utiliza en “A” los acordes tonales IV, V y I,
mientras que en “B” recrea la típica progresión
baladística: I, VII, correspondiente a la escala modal
menor natural VI y V7 (séptima de los acordes tonales en
A” como son IV, V y I y en “B” recrea la progresión I,
VII, correspondiente a la escala modal menor natural, VI
y V7 (séptima de dominante). El primer período concluye
en séptima de dominante suspensivo y el segundo en
tónica.
La melodía sirve al texto en métrica y acentos,
evidenciando el argumento normalizado de traición y
olvido provocados por la mujer.
verso se encuentra consolidado por las palabras:
“
montes”, “primavera”, “juramos” y “estaba”.
El estribillo, por su parte, está compuesto por ocho
sílabas métricas, mientras que el coro lo está por
dieciséis. La sección recitada “Allá solo vamos los que
no tenemos nada / todos los parias vamos allá. / Allá hay
tristeza, hay desolación” no tiene una estructura sólida,
sino que cada verso posee su propia métrica sin
considerar o depender de la antecesora. El primer verso
sería un alejandrino, el segundo es un eneasílabo y el
último, nuevamente un endecasílabo.
“
La balada analizada reitera un tema recurrente en
el cancionero popular romántico: la traición que padece
el varón por parte de la mujer amada. Innumerables
estudios han abordado esta cuestión: Fernández (2005)
destaca que en este tipo de canciones se suele mostrar una
imagen del hombre traicionado y sufriente, debido al
desamor o la infidelidad femenina; un hombre que se
presenta como imbuido de sentimientos puros, al que la
mujer anhelada retribuye con perfidia. El contraste entre
un momento de felicidad y su abrupta ruptura se expresa
en los siguientes versos: “Pasó el tiempo y feliz con ella
estaba / y una noche con otro hombre me engañó”.
Aunque no se ofrecen detalles ni descripciones respecto
al nivel de desamparo en que se encuentra el hablante
lírico, los siguientes tres versos permiten suponer que su
estado emocional es de tristeza y desesperación: “Allá
solo vamos los que no tenemos nada, / todos los parias
vamos allá / Allá hay tristeza, hay desolación”. La calle
de los olvidados pasa a configurarse en un escenario
La versión original está arreglada para conjunto
de metales con teclado, guitarra eléctrica, bajo y set de
1
percusión menor (batería) .
La calle de los olvidados, de Aulo Gelio
Análisis literario
A continuación, se procede al análisis de la
balada La calle de los olvidados, compuesta
interpretada por el artista cuencano Aulo Gelio Ávila (n.
943). Esta canción, junto con la balada referida en el
apartado anterior, es una de las más representativas y
preferidas por el público radioescucha cuencano durante
los años sesenta del siglo pasado.
e
1
La calle de los olvidados
43