South American Research Journal, 3(2), 33-43  
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/44  
diagnosis and intervention to mitigate the negative impact  
that eating disorders have on morbidity, mortality, and quality  
of life of human beings who suffer from them.  
Key words: renal and electrolyte disorders, eating  
disorders, psychological intervention.  
Alteraciones renales y electrolíticas en los  
trastornos de la conducta alimentaria:  
una revisión sistemática  
Renal and electrolyte disturbances in eating  
disorders: a systematic review  
INTRODUCCIÓN  
Un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) es un  
afectación mental que se define por conductas alimentarias  
anormales que afectan negativamente la salud física o mental  
de una persona (Del Barrio, 2016). Las personas  
frecuentemente sufren de baja autoestima, culpa, vergüenza y  
secretismo; por lo tanto, caen en comportamientos  
alimentarios desordenados. Esto puede incluir restricciones  
severas de la ingesta dietética, consumo rápido de grandes  
cantidades de alimentos (atracones), ejercicio excesivo, así  
como de uso de laxantes y diuréticos para eliminar los  
alimentos del cuerpo a fin de evitar el aumento de peso  
Doménica Izquierdo-Torres1  
1
Universidad Católica de Cuenca, Carrera de Psicología Clínica,  
Unidad Académica de Salud y Bienestar, Campus Las Américas,  
Av. Las Américas y Humboldt, Cuenca, Ecuador.  
Email: domecookie@gmail.com  
Recepción: 15 de septiembre de 2023 - Aceptación: 6 de enero de 2024 –  
Publicación: 29 de enero de 2024  
(
Chelvanayagam y James, 2018; Wisting y Snoek, 2020).  
RESUMEN  
Con el tiempo, las conductas alimentarias de riesgo  
generan trastornos alimenticios que alteran la salud física y  
emocional de la persona que los padece (Castejón et al.,  
2019). Los TCA más frecuentes son la Anorexia Nerviosa  
(AN) y la Bulimia Nerviosa (BN); los cuales, pese a su baja  
prevalencia en la población adulta, son un foco de especial  
atención para los psiquiatras, psicólogos, psicoterapeutas y  
demás profesionales especializados dentro del área de la  
salud. Los TCA constituyen una problemática que afecta a  
Antecedentes: La relación entre la enfermedad renal y  
los trastornos de la conducta alimentaria resultan de interés  
en la práctica nefrológica habitual, estudios en esta línea  
indican resultados poco consistentes sobre los mecanismos  
fisiopatológicos que determinan la afectación renal y los  
desórdenes alimenticios. Objetivo: Conocer las alteraciones  
producidas por los trastornos de la conducta alimentaria a  
nivel del sistema renal y electrolítico. Metodología: consistió  
en una revisión sistemática de la bibliografía que se basó en  
la declaración de las directrices PRISMA. Resultados: Las  
principales alteraciones identificadas son deshidratación e  
insuficiencia renal, piuria, proteinuria y hematuria; mientras  
que en el caso del sistema electrolítico, son la hipocalemia,  
gran parte de la población adolescente  
y
joven,  
caracterizándose por ser una patología de etiología  
multicausal, es decir, resultante de una compleja interacción  
de factores biológicos, genéticos, psicológicos y socio –  
culturales (Losada et al., 2017).  
Los TCA representan una clase grave de trastornos  
psiquiátricos. Según el DSM-IV, incluyen la AN, la BN, el  
trastorno por atracón, el síndrome de rumiación, trastorno  
evitativo/restrictivo de la ingesta de alimentos y los TCA no  
especificados (Bryant-Waugh et al., 2019). Los TCA son un  
problema de salud pública cada vez mayor con  
manifestaciones clínicas graves: hipotermia, hipotensión,  
hiponatremia,  
hipernatremia,  
hiperpotasemia  
e
hipomagnesemia. Conclusión: detectar a tiempo anomalías  
electrolíticas permitirán un diagnóstico e intervención más  
oportunos para mitigar el impacto negativo que los trastornos  
de conducta alimentaria tienen en la morbilidad, la mortalidad  
y la calidad de vida de los seres humanos que los padecen.  
Palabras clave: trastornos renales y electrolíticos,  
trastornos de la conducta alimentaria, intervención  
psicológica.  
desequilibrio electrolítico, trastornos endocrinos  
e
insuficiencia renal (Galmiche et al., 2019). La AN se  
caracteriza por una dieta severamente restringida en calorías,  
lo que da lugar a un peso corporal que está, al menos, un 85%  
por debajo del esperado para la edad y la altura (Kiani-  
Sheikhabadi et al., 2019). A su vez, la BN se identifica por  
las frecuentes fluctuaciones de peso y los episodios  
recurrentes de atracones compulsivos seguidos de vómitos  
autoinducidos, purgas, ayuno, uso de laxantes y/o ejercicio  
excesivo en un intento de evitar el aumento de peso (Simic et  
al., 2022). El trastorno por atracón es un síndrome descrito  
recientemente, que se caracteriza por episodios repetidos de  
atracones, similares a los de la BN, pero que no se asocia a la  
presencia recurrente de una conducta compensatoria  
inadecuada, como sí ocurre con en la BN no purgativa, que sí  
contempla el empleo de medidas compensatorias alternativas,  
como son el ayuno el ejercicio físico excesivo (Galmiche et  
al., 2019).  
ABSTRACT  
Background: The relationship between renal disease  
and eating disorders are of interest in routine nephrological  
practice, studies in this line indicate inconsistent results on  
the pathophysiological mechanisms that determine renal  
involvement and eating disorders. Objective: To know the  
alterations produced by eating disorders at the level of the  
renal and electrolyte system. Methodology: It consisted of a  
systematic review of the literature based on the PRISMA  
guidelines statement. Results: the main alterations identified  
are dehydration and renal insufficiency, pyuria, proteinuria  
and hematuria; while in the case of the electrolyte system,  
they are hypokalemia, hyponatremia, hypernatremia,  
hyperkalemia and hypomagnesemia. Conclusion: early  
detection of electrolyte abnormalities will allow a timelier  
En tal caso, los TCA, a pesar de que existe una  
prevalencia baja en la población ecuatoriana, se constituyen  
https://doi.org/10.5281/zenodo.10582515  
33  
South American Research Journal, 3(2), 33-43  
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/44  
en un punto de especial atención para el personal de salud  
mental. Afectan especialmente a mujeres jóvenes, generando  
un deterioro significativo en su calidad de vida (Gabler et al.,  
alcance del daño renal, especialmente los cambios  
morfológicos, durante los síntomas bulímicos a largo plazo  
(Balkchyan et al., 2022).  
2
017). Por su parte, el conocimiento de los riesgos y  
Respecto a la otra variable del presente estudio, hay dos  
mecanismos principales por los que la obesidad causa  
enfermedad renal crónica: (1) la obesidad puede causar daño  
renal directamente o (2) a través de enfermedades asociadas  
a la obesidad. Las características morfológicas en los  
complicaciones que presentan las personas que padecen un  
TCA es de alta relevancia, pues permite adoptar medidas que  
evitan el desarrollo de estas patologías.  
A nivel mundial existe una gran cantidad de personas  
con el riesgo de presentar TCA, mismos que desencadenan en  
varias complicaciones médicas a nivel de su organismo con  
un importante riesgo de morbimortalidad (Loor y Patiño,  
individuos  
obesos  
incluyen  
glomerulomegalia,  
glomeruloesclerosis segmentaria focal con predominio de las  
clásicas lesiones perihilares de esclerosis, y fusión de  
procesos de pie relativamente leves (glomerulopatía  
relacionada con la obesidad) (Smolović et al., 2018). Los  
cambios hormonales, la inflamación de bajo grado, el estrés  
oxidativo y la disfunción endotelial son los principales  
mecanismos patogénicos del daño renal en la obesidad  
(Kovesdy et al., 2017).  
La deshidratación puede causar una depleción de  
volumen que puede contribuir, incluso de forma aguda, a un  
deterioro de la función renal (Choi et al., 2018). Aunque la  
disfunción renal en la AN suele corregirse tras el aumento de  
peso, los atracones/purgas habituales en la BN tienden a ser  
resistentes al tratamiento, lo que podría conducir a cambios  
renales irreversibles (Gómez Candela et al., 2018). Por lo  
tanto, en los pacientes con BN es muy importante la  
vigilancia intensiva, la detección precoz y el tratamiento  
adecuado de las anomalías hidroelectrolíticas y de las  
alteraciones de la función renal (Galmiche et al., 2019). Es  
por esta razón que el objetivo del presente estudio es llegar a  
conocer cómo los TCA afectan a esta población a nivel de la  
función renal.  
2
016). De ahí que, para el personal de la salud se hace  
sumamente necesario ampliar la mirada conceptual de los  
TCA con una visión más allá de la comorbilidad psiquiátrica  
y las conductas alimentarias distorsionadas, y de esta manera  
poder realizar una evaluación global del paciente sin  
descuidar estas alteraciones (Gómez-Candela et al., 2018).  
Por su parte, la correlación entre la enfermedad renal y  
los TCA es de interés en la práctica nefrológica habitual, pero  
los mecanismos fisiopatológicos que determinan la  
afectación renal aún no están claros (Marumoto et al., 2020).  
A veces, es difícil determinar la función excretora renal en  
esta población (Charlton et al., 2019). Hay tres mecanismos  
fisiopatológicos que pueden dar lugar a lesiones renales:  
aumento de la amoniogénesis, activación de mediadores  
vasoactivos e hipersensibilidad arterial (Lugo González &  
Sánchez Cervantes, 2021). La hipopotasemia estimula la  
reabsorción de HCO3 - y la amoniogénesis, seguida de la  
aminación de C3, con la consiguiente activación de la vía  
alternativa del complemento y el depósito de proteínas en el  
túbulo (Mignot-Bedetti, 2018). La hipopotasemia provoca  
alteraciones en los niveles de mediadores vasoactivos:  
aumento de los estímulos vasoconstrictores (ECA, ET-1 y  
receptores adrenérgicos subtipo B) y reducción de los  
Con base en lo expuesto la presente investigación se  
planteó como objetivo general: conocer las alteraciones que  
pueden producir los trastornos de la conducta alimentaria a  
nivel del sistema renal y electrolítico. A su vez, los objetivos  
específicos del presente estudio son: (1) describir las  
complicaciones de cada uno de los TCA y (2) conocer cuál es  
la población más afectada por los TCA.  
estímulos vasodilatadores (EDRF-1  
González y Sánchez-Cervantes, 2021).  
y PGE2) (Lugo-  
Se ha informado de nefrolitiasis y alteraciones  
electrolíticas (hipocalemia, hiponatremia, hipocalcemia,  
hipomagnesemia e hipofosfatemia) en pacientes con AN; son  
factores de riesgo potenciales que pueden predisponer a la  
nefrocalcinosis (Nickols-Richardson, 2018). La diarrea  
crónica también puede contribuir a la nefrocalcinosis al  
causar una depleción crónica de volumen (Sinha et al., 2018).  
La insuficiencia renal puede ser consecuencia de la lesión de  
las células tubulares, la obstrucción tubular por restos  
calcificados y la atrofia de las nefronas (Smolović et al.,  
METODOLOGÍA  
Diseño  
La realización de la presente revisión sistemática se  
basó en la declaración de las directrices Preferred Reporting  
Items for Systematic reviews and Meta-Analyses (PRISMA)  
(Nawijn et al., 2019), las cuales permitieron recolectar,  
procesar y presentar la información identificada en artículos  
científicos y académicos de los últimos cinco años. A su vez,  
se siguieron las directrices del Manual de Cochrane (Higgins  
y Green, 2011), que establece parámetros que permiten  
asegurar una adecuada búsqueda en la literatura, justificar los  
estudios excluidos, evitar los riesgos de sesgo en los estudios  
individuales, aplicar métodos meta-analíticos apropiados,  
entre los más importantes.  
2
018). La inflamación crónica y la fibrosis intersticial  
acompañan estos cambios (Gómez Candela et al., 2018).  
En los pacientes con AN, se ha documentado una  
alteración significativa de la osmorregulación con una  
capacidad de concentración urinaria alterada (Galmiche et al.,  
2
019). A su vez, se ha sugerido la posible influencia de los  
fármacos antidepresivos en la presencia de AN (Balkchyan et  
al., 2022). Esta alteración puede contribuir al desequilibrio  
hidroelectrolítico y a la insuficiencia renal crónica. En el caso  
de la bulimia nerviosa, se ha informado de que la función  
renal se ve alterada incluso a corto plazo por los  
atracones/purgas en la bulimia (Galmiche et al., 2019). Sin  
embargo, son pocos los estudios que han examinado el  
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34  
South American Research Journal, 3(2), 33-43  
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Figura 1. Investigaciones encontradas en la base de datos  
Identificación y selección de estudios  
RESULTADOS  
Se efectuó la revisión sistemática de la literatura  
científica empleando las bases de datos Pubmed, Scopus,  
Web of Science, Lilac y Google Scholar. Se emplearon las  
palabras clave: “eating disorder”, “renal disorders”,  
Siguiendo las pautas PRISMA, en la Fig.1 se observa el  
número de artículos encontrados a través de la base de datos  
y finalmente seleccionados, en donde se evidenció que  
Pubmed arrojó 36 artículos, Scopus obtuvo 70, Web of  
Science aportó 36, Lilac 6 y Google Scholar 69. No se  
registraron artículos adicionales identificados en otras  
fuentes. Sin embargo, una revisión pormenorizada de cada  
artículo permitió determinar que muchos eran duplicados, por  
lo que algunos se eliminaron. A partir de esta primera  
selección quedaron 79 artículos. A su vez, se excluyeron  
aquellos que consistieron en tesis o investigaciones de  
pregrado, posgrado o doctorado, cartas al editor, reportajes y  
reseñas de libros o revisiones bibliográficas; lo que implicó  
se excluyesen 39 artículos. Por tanto, los artículos  
considerados para el presente análisis alcanzaron un número  
de 40.  
“electrolyte disorders”, las que se combinaron en cada una de  
las bases de datos empleadas.  
Selección de estudios  
El proceso de selección de los estudios inició con el  
examen independiente de cada uno de los artículos, para lo  
cual se revisó el abstract, la metodología y las conclusiones;  
a
continuación se examinó aquellos estudios que  
evidenciaron el cumplimiento de los criterios de inclusión.  
Los artículos de revisión relevantes se conservaron para un  
cribado manual si potencialmente se referían a estudios que  
cumplían con los criterios de elegibilidad. Seguidamente se  
constató la elegibilidad de los estudios según el texto  
completo evaluando la idoneidad de los documentos restantes  
de forma independiente; por último, se analizaron  
detalladamente los artículos para la correspondiente  
extracción de datos, incluyendo una revisión final de la  
elegibilidad para su inserción.  
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35  
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https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/44  
Tabla 1  
Descripción de los resultados  
Autor  
Revista  
Metodología  
Ret.  
Alteraciones  
Tratamientos  
Población afectada  
Hiponatremia: AN-R (16%); AN-BP (17%); BN (8.5%); EDNOS  
(11.8%). Hipopotasemia: AN-R (14.2%); AN-BP (42.4%); BN  
(26.2%); EDNOS (22.5%). Alcalosis metabólica grave: AN-R (1.3%);  
AN-BP (11.8%); BN (7.7%)  
9
3,6% mujeres / edad  
media = 28,1 años (DE 0,1,  
rango 17-69).  
Mehler et al.  
International Journal of  
Eating Disorders / Q1  
No reporta  
(
2018)  
Journal of the  
Academy of Nutrition  
and Dietetics / Q2  
American Journal of  
Kidney Diseases / Q1  
Eating and Weight  
Disorders / Q2  
Hipofosfatemia: desarrollo potencial; valores séricos inferiores a 2,51  
mg/dL. Síndrome de realimentación: descensos de electrolitos séricos  
con posibles desplazamientos de líquidos.  
Hipomagnesemia: pérdidas renales excesivas. Trastorno renal por  
pérdida de magnesio.  
Matthews et al.  
Prosp.  
No reporta  
No reporta  
(
2018)  
Raman y Cohen  
2018)  
Jelinek et al.  
2018)  
DSU  
D
No reporta  
No reporta  
Mujer de 39 años.  
No reporta  
(
Referencia bibliográfica: Desequilibrio electrolítico, enfermedades  
renales  
(
Ácido úrico en suero: 10 mg/dl (alto). Glucosa en sangre: 44 mg/dl.  
Frotis de sangre periférica: 48% de neutrófilos polimorfonucleares,  
46% de linfocitos y 6% de monocitos. Plaquetas y eritrocitos:  
normales.  
Berksoy et al.  
2018)  
Nutrición Hospitalaria /  
Q3  
DSU  
No reporta  
Chica joven  
(
Nickols-  
Richardson  
Enfoque interdisciplinario de la atención  
durante embarazo, posparto y período  
posterior.  
Tratamiento farmacológico de la  
comorbilidad psiquiátrica en adolescentes  
con ANr.  
Handbook of Nutrition  
and Pregnancy / Q4  
AN en 0,5-4,3% de  
población femenina.  
DSU  
Tr.  
Hipercarotenemia.  
(
2018)  
European Child and  
Adolescent Psychiatry /  
Q1  
Bomba et al.  
Desequilibrio electrolítico u hormonal. Hipopotasemia: 3 pacientes  
(3,9%).  
Mujeres adolescentes.  
(
2018)  
Liminalidad para capturar ambivalencia  
estratégica con la que las personas con  
TCA se sitúan en las salas de  
hospitalización.  
3
6 participantes (35  
mujeres y 1 hombre, 17 -  
8 años).  
Transcultural  
Psychiatry / Q2  
Eli (2018)  
Cualitativo  
Grave desequilibrio electrolítico de Angie.  
3
Pacientes femeninos y  
masculinos de 15 a 45  
años.  
Patino et al.  
Archives of Medicine /  
Q1  
Prosp.  
DSU  
Adultos: desequilibrio electrolítico, disfunción renal.  
No reporta.  
(
2018)  
Robinson y  
Rhys Jones  
Anomalías en electrolitos frecuentes. Hipopotasemia condición más  
peligrosa. Urea, creatinina, magnesio y fosfato peligrosamente  
anormales.  
Psicoterapia de apoyo, enlace psiquiátrico  
cercano y ayuda para la familia y el grupo  
de personal.  
BJPsych Advances /  
Q1  
1 hombre  
(
2018)  
Mujer con aparición  
coincidente de  
alucinaciones auditivas y  
visuales.  
Wassenaar et  
al. (2018)  
International Journal of  
Eating Disorders / Q1  
Niveles séricos: bajos de potasio y magnesio. Hipomagnesemia:  
persistente con alcalosis metabólica  
DSU  
No reporta  
Continúa  
https://doi.org/10.5281/zenodo.10582515  
36  
South American Research Journal, 3(2), 33-43  
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/44  
Autor  
Revista  
Metodología  
Alteraciones  
Terapias / tratamientos  
Población afectada  
Perfil electrolitos séricos: sodio 133 mEq/L, potasio  
2,6 mEq/L, cloruro 72 mEq/L, dióxido de carbono total  
Electrolyte and Blood Pressure  
Hombre de 26 años con  
Hipopotasemia.  
Choi et al. (2018)  
DSU  
DSU  
DSU  
ECA  
DSU  
No reporta  
/
Q4  
5
0 mEq/L  
Micula-Gondek et  
al. (2018)  
Eating and Weight Disorders /  
Q2  
Desequilibrios electrolíticos. Problemas renales  
importantes y anomalías ácido-básicas.  
Enfermera casada de 47 años de  
edad  
Mujer de 23 años de edad con  
anorexia nerviosa, subtipo atracón-  
purga.  
No reporta  
Terapia complementaria a la  
administración de suplementos de  
potasio.  
Estimulación magnética transcraneal  
repetitiva.  
Wainwright et al.  
Canadian Journal of General  
Internal Medicine / Q4  
Excreción renal de potasio como principal impulsor de  
la hipocalemia.  
(
2018)  
Personas residentes en la comunidad  
con anorexia nerviosa.  
Dalton et al. (2018)  
BMJ Open / Q1  
No reporta  
Hipocalcemia: significativos en pérdidas urinarias de  
potasio (potasio en sangre, 2,8 mmol/L; potasio en  
orina, 40 mmol/L).  
Gueguen et al.  
Gastroenterology / Q1  
No reporta  
Mujer embarazada de 31 años.  
(
2018)  
Nyundo et al.  
South Sudan Medical Journal /  
Q4  
Mujer africana de 25 años y niña  
africana de 15 años.  
Adolescentes femeninas  
hospitalizadas por AN.  
RC  
Tr.  
Desequilibrios electrolíticos y daños renales y hepáticos. No reporta  
(
2018)  
Mignot-Bedetti  
2018)  
Deterioro de función renal transitorio o persistente tras  
Arch Gen Intern Med / Q4  
No reporta  
(
la realimentación.  
Indian Journal of Youth and  
Adolescent Health / Q4  
Primary Health Care Research  
and Development / Q2  
European Eating Disorders  
Review / Q1  
Sesiones de terapia individual, terapia  
familiar, terapia cognitivo-conductual.  
Pemde (2018)  
Gumz et al. (2018)  
Racine et al. (2018)  
RC  
Electrolitos séricos normales y controlados diariamente.  
Desequilibrios electrolíticos, insuficiencia renal.  
No reporta  
Niña de 12 años.  
59 pacientes con anorexia nerviosa  
(edad media = 21,5 años, DE = 7,2)  
Mixto  
Corr.  
Ret.  
DSU  
DSU  
D
Terapia cognitiva  
Abordar conflicto motivacional hacia  
la comida.  
43,9% de mujeres  
Desequilibrio electrolítico global: 21,7%.  
Insuficiencia renal: 27%.  
Chang et al. (2019)  
Charlton et al.  
Global Pediatric Health / Q3  
Rehabilitación nutricional.  
No reporta  
Adolescentes de 10 a 19 años.  
Mujer de 36 años.  
Journal of Eating Disorders /  
Q2  
Eating and Weight Disorders /  
Q2  
Journal of Education and  
Health Promotion / Q3  
Deterioro renal y alteraciones electrolíticas.  
Rara vez trastornos electrolíticos.  
No reporta  
(
2019)  
Krogulska et al.  
2019)  
Psicoterapia especializada, terapia  
familiar.  
Niña de 13 años con AN.  
200 mujeres embarazadas.  
Adultos.  
(
Kiani et al. (2019)  
No reporta  
Marumoto et al.  
Trastornos renales: 70% en pacientes con anorexia  
nerviosa.  
Colaboración entre psiquiatras y  
nefrólogos, psico-educación.  
Kidney Medicine / Q1  
Ret.  
RC  
(
2020)  
Goldman & Cody  
2020)  
International Journal of Eating  
Disorders / Q1  
Electrolitos normalizados por completo=  
No reporta  
No reporta  
Mujer de 35 años con AN  
690 participantes.  
(
Fitzsimmons-Craft  
et al. (2020)  
Robertson y Strodl  
Terapia cognitivo-conductual digital y  
dirigida.  
JAMA Network Open / Q1  
Clinical Psychologist / Q2  
Prosp.  
RC  
3 mujeres de entre 21 y 51 años con  
TCA.  
Niveles de electrolitos dentro de rango seguro.  
Terapia metacognitiva.  
(
2020)  
Continúa  
https://doi.org/10.5281/zenodo.10582515  
37  
South American Research Journal, 3(2), 33-43  
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Autor  
Revista  
Metodología  
Alteraciones  
Terapias / Tratamientos  
Población afectada  
30 adolescentes  
hospitalizadas por AN.  
13 individuos previamente  
diagnosticados con un TCA.  
Shilton et al.  
International Journal of  
Eating Disorders / Q1  
Eating and Weight  
Disorder / Q2  
Ret.  
Niveles de electrolitos dentro de rango seguro.  
Alteraciones electrolíticas.  
Terapia electro-convulsiva.  
Uso de ayahuasca.  
(
2020)  
Renelli et al.  
Cualitativa  
(
2020)  
Ali y  
The Egyptian Journal of  
Community Medicine / Q4  
Solteros, con mayor IMC y  
actividad física regular.  
Shehata  
2020)  
Dapelo et al.  
2020)  
Tr.  
Tr.  
Complicaciones electrolíticas y renales.  
No reporta  
(
Apoyo psicosocial bio  
(nutricional) compasivo.  
Frontiers in Psychiatry / Q1  
JAMA Pediatrics / Q1  
Alteraciones renales e hidroelectrolíticas.  
41 mujeres con TCA  
(
1
20 adolescentes y adultos  
Garber et al.  
2021)  
ECA  
Anomalías electrolíticas y otros acontecimientos adversos no difirieron según grupo.  
No reporta  
jóvenes de 12 a 24 años con  
AN  
(
Alteraciones electrolíticas (hipopotasemia e hipofosfatemia), complicaciones  
médicas agudas de la desnutrición (p. ej., síncope), purgas incontroladas, IMC <75%  
de la mediana para la edad y el sexo, rechazo agudo de alimentos durante ≥24 horas.  
Alteración electrolíticas: 18,4% individuos con TCA. Hipercalcemia: (aOR, 1,97;  
IC del 95%, 1,48-2. 62). Hiponatremia: (aOR, 5,26; IC 95%, 3,32-8,31).  
Hipernatremia: (aOR, 3,09; IC 95%, 1,01-9,51. Hipofosfatemia: (aOR, 2,83; IC  
Otto et al.  
2021)  
Pacientes en edades entre 10  
a 23años.  
Pediatrics / Q1  
Corr.  
L
Psicoterapia.  
(
Hundemer et  
al. (2022)  
Edad media 19 años; 87,2%  
mujeres.  
JAMA Network Open / Q1  
No reporta  
9
5%, 1,82-4,40). Alcalosis metabólica: (aOR, 2,60; IC 95%, 1,63-4,15).  
Spina et al.  
Eating and Weight  
Disorders / Q2  
International Journal of  
Environmental Research  
and Public Health / Q1  
Media de creatinina sérica más alta (0,68 vs 0,47; p < 0,001). Alteraciones  
electrolíticas: (potasio < 3,5 mmol/L, sodio < 135 mmol/L, fósforo 0,5-0,8 mmol/L).  
Pacientes con TCA menores  
de 18 años.  
Ret.  
Tr.  
No reporta  
No reporta.  
(
2022)  
Aymerich et  
al. (2022)  
No reporta  
No reporta  
No reporta  
29 mujeres adolescentes  
3
57 ex pacientes que  
Tratamiento integral basado  
en la evidencia, terapia  
familiar centrada en TCA.  
Stewart et al. Journal of Eating Disorders  
recibieron tratamiento  
basado en la evidencia para  
TCA.  
Tr.  
L
(
2022)  
/ Q1  
Terapia familiar centrada en  
TCA, terapia cognitivo-  
conductual.  
Simic et al.  
2022)  
Journal of Eating Disorders  
/ Q1  
Jóvenes ingleses  
(
Nota. AN = anorexia nerviosa; AN-R = anorexia nerviosa subtipo restrictivo; AN-BP = anorexia nerviosa subtipo atracón/purga; BN = bulimia nerviosa; Corr. = Correlacional; D = Descriptivo; DSU = Diseño de sujeto  
único; E = Exploratorio; ECA = Ensayo clínico aleatorio; EDNOS = trastorno alimentario no específico; L = Longitudinal; Prosp. = Prospectivo; RC = Reporte de caso; Ret. = Retrospectivo; Tr. = Transversal  
https://doi.org/10.5281/zenodo.10582515  
38  
South American Research Journal, 3(1), 33-43  
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/44/  
DISCUSIÓN  
elevado de ácido úrico en suero sugiere que su dieta puede  
haber sido inadecuada y haber aumentado el riesgo de  
enfermedades renales a largo plazo. Por otro lado, los casos  
de hipocalemia y nefritis tubulointersticial aguda en los otros  
dos estudios indican una relación entre los trastornos de la  
conducta alimentaria y la disfunción renal grave. Por lo tanto,  
es importante evaluar regularmente la función renal en  
pacientes con trastornos de la conducta alimentaria y  
proporcionar un tratamiento adecuado para prevenir  
complicaciones renales graves.  
Respecto al sistema electrolítico, el estudio de Mehler et  
al. (2018) con mujeres en un rango de edad entre los 17-69  
años, encontró que el 16% de pacientes con anorexia  
nerviosa, subtipo restrictivo tenían hiponatremia, al igual que  
el 17,1% de los pacientes con anorexia y bulimia subtipo  
atracón/purga, el 8,5% de los pacientes con bulimia nerviosa  
y el 11,8% de los pacientes con trastorno alimentario no  
Principales alteraciones producidas por los TCA a nivel  
del sistema renal y electrolítico.  
La relación entre la enfermedad renal y los trastornos de  
la conducta alimentaria resultan de interés en la práctica  
nefrológica habitual; sin embargo, estudios en esta línea  
indican resultados poco consistentes sobre los mecanismos  
fisiopatológicos que determinan la afectación renal y los  
desórdenes alimenticios. Por tal sentido, se ve la necesidad de  
realizar una revisión sistemática de la literatura científica de  
los últimos cinco años; la cual permitió conocer cuáles son  
las principales alteraciones producidas por los TCA a nivel  
del sistema renal y electrolítico.  
En torno al sistema renal, la aproximación exploratoria  
de Himmerich et al. (2021) planteaba que los jóvenes y  
adultos con TCA suelen desarrollar deshidratación e  
insuficiencia renal debido a la restricción grave de líquidos o  
a los vómitos; además de que desarrollaban otras anomalías  
renales como piuria y, con menor frecuencia, proteinuria y  
hematuria, que desaparecen con la hidratación y la reversión  
de la desnutrición. En el caso de la presente revisión, la  
investigación de Raman y Cohen (2018) desarrollada con una  
mujer de 39 años de edad evidenció un trastorno renal por  
pérdida de magnesio. Por su parte, el trabajo de Chang et al.  
especificado. Por su parte, la hipernatremia  
y
la  
hiperpotasemia fueron poco frecuentes. Por el contrario, la  
hipocalemia estaba presente en el 14,2% de los pacientes con  
anorexia nerviosa, pero en los pacientes con bulimia se  
encontró en el 42,4% de los pacientes.  
A su vez, los resultados obtenidos en la investigación de  
Hundemer et al. (2022) con una población mayoritariamente  
femenina, evidenciaron que el 18,4% de los individuos con  
TCA tenían una anomalía electrolítica precedente frente al  
7,5% de los individuos sin TCA. A su vez, las alteraciones  
electrolíticas que se asociaron mayormente al riesgo de  
padecer un TCA fueron hipocalemia (1,70-2,32%),  
hipercalcemia (1,48-2,62), hiponatremia (3,32-8,31)  
hipernatremia (1,01-9,51), hipofosfatemia (1,82-4,40) y la  
alcalosis metabólica (1,63-4,15).  
Así mismo, la investigación de sujeto único de Gueguen  
et al. (2018) con una mujer embarazada de 31 años de edad  
que presentaba un TCA evidenció que los análisis de  
electrolitos en sangre y orina eran significativos para la  
hipocalemia y las pérdidas urinarias de potasio. La  
identificación de alteraciones como la hiponatremia y la  
hipocalemia en varios de los estudios analizados en la  
presente revisión coincide, en primer lugar, con el estudio  
exploratorio de Bamgbola (2022), que asociaba la presencia  
de la hipocalemia con la bulimia, el abuso de laxantes y el  
abuso de diuréticos.  
A su vez, existen coincidencias con lo planteado por  
Voderholzer (2020), respecto a que los desequilibrios  
electrolíticos más frecuentes son la hiponatremia y la  
hipopotasemia. Este mismo estudio también planteaba que la  
hipocalemia grave también puede causar insuficiencia renal y  
requerir hemodiálisis. Otra afección grave puede ser la  
hipofosfatemia, que también se identificó en la presente  
revisión bibliográfica: esta puede alcanzar proporciones  
potencialmente mortales en relación con la inanición y puede  
agravarse durante la realimentación si el fosfato y la tiamina  
no se suplementan adecuadamente.  
Finalmente, en varios de los artículos científicos  
analizados (Patino et al., 2018; Choi et al., 2018; Chang et al.,  
2019 y Spina et al. 2022), cuyas poblaciones de estudio eran  
variadas, pues iban desde adolescentes hasta personas de 45  
años de edad con distintos trastornos (principalmente  
bulimia), se encontró la presencia de desequilibrios  
electrolíticos. Con esto se ratifica lo que se señalaba en la  
revisión bibliográfica de Sato y Fukudo (2015), respecto a  
(
2019) con adolescentes de 10 a 19 años con TCA reveló una  
insuficiencia renal en el 27% de los casos. En cambio, la  
investigación de Marumoto et al. (2020) con una población  
adulta con anorexia, determinó una prevalencia de trastornos  
renales de aproximadamente el 70%. Este último resultado  
coincide con lo señalado en la revisión sistemática de Riva et  
al. (2021), donde se partía con la aseveración de que entre las  
complicaciones que se derivan de la anorexia nerviosa, la  
afectación renal es todavía poco conocida y subestimada,  
aunque resulte bastante frecuente. En esta revisión también se  
identificaba que más del 70% de los pacientes con anorexia  
presentaron manifestaciones renales a lo largo de su vida  
(Riva et al., 2021).  
A su vez, la investigación de Berksoy et al. (2018) con  
una adolescente que presentaba TCA, evidenció que las  
pruebas de función renal eran normales. Así, el nivel de ácido  
úrico en suero era de 10 mg/dl (alto), el nivel de glucosa en  
sangre era de 44 mg/dl, y el análisis de orina completo era  
normal. Esto puede contrastarse con otro estudio identificado  
en la presente revisión (Choi et al., 2018), un diseño de sujeto  
único con un hombre de 26 años de edad con hipocalemia, el  
cual reveló necrosis tubular aguda y nefritis tubulointersticial  
con la presencia de algunos glomérulos reducidos. La  
relación entre la hipocalemia y la necrosis tubular aguda  
también fue identificada por Vasquez-Rios et al. (2019) en su  
investigación con una mujer caucásica de 57 años de edad que  
presentaba episodios previos de hipocalemia, donde la  
evaluación reveló hipocalemia grave, orina alcalina  
persistente y acidosis tubular renal distal. Posteriores análisis  
de laboratorio y una biopsia renal llevaron al diagnóstico de  
que existía asociación con nefritis tubulointersticial aguda.  
Los resultados de estos estudios resaltan la importancia  
de vigilar la salud renal en personas con trastornos de la  
conducta alimentaria, ya que estos trastornos pueden afectar  
la función renal y aumentar el riesgo de complicaciones  
renales. Aunque la adolescente en el primer estudio no  
presentaba anomalías en las pruebas de función renal, el nivel  
https://doi.org/10.5281/zenodo.10582515  
39  
South American Research Journal, 3(1), 33-43  
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/44/  
que los pacientes bulímicos son los que presentan con mayor  
frecuencia anomalías electrolíticas.  
entre el estado civil (ser solteras) y la presencia de algún tipo  
de trastorno (p = 0,003).  
Sin embargo, es necesario señalar que se identificaron  
investigaciones que no encontraron alteraciones ni en el  
sistema renal ni el electrolítico; es el caso del estudio de  
Bomba et al. (2018) con mujeres adolescentes, en el que las  
pacientes no mostraron alteraciones significativas del  
homeostasis del potasio, el calcio o el magnesio, sino que  
estos eran normales en el 89,6, el 96,1 y el 84,4%,  
respectivamente. Tampoco se encontró en ellas niveles  
séricos reducidos de calcio o magnesio. Así mismo, en el  
estudio de Pemde (2018) con una niña de 12 años, los  
Por otra parte, varios estudios (reportes de casos o  
diseños únicos) refirieron TCA en mujeres embarazadas  
(Gueguen et al., 2018; Nickols-Richardson, 2018; Nyundo et  
al., 2018; Kiani et al., 2019); ello ratifica lo que señalaba  
Mackenna et al. (2021) en su revisión bibliográfica, donde se  
apuntaba que la prevalencia de estas enfermedades en  
mujeres embarazadas alcanzaba el 7,5%.  
Tratamientos, terapias y acciones en pacientes con un  
diagnóstico con TCA  
electrolitos séricos eran normales  
diariamente. En el caso del trabajo de Goldman y Cody  
2020) con una mujer de 35 años se constató electrolitos  
dentro de rangos estables y seguros; lo mismo en las  
investigaciones de Robertson y Strodl (2020); Shilton et al.  
y se controlaban  
Como información adicional obtenida a partir de la  
presente revisión, están los diferentes tratamientos  
psicológicos o terapias que se aplicaron frente a los casos de  
TCA y que obtuvieron resultados óptimos. En primer lugar,  
se identificó un Protocolo de Realimentación Calórico, el cual  
resultó seguro durante el tratamiento de pacientes adultos  
médicamente comprometidos con TCA (Matthews et al.,  
2018). A su vez, la Terapia Cognitivo Conductual resulta  
eficaz al momento de reducir la psicopatología relacionada a  
los TCA (Fitzsimmons-Craft et al., 2020); mientras que la  
Terapia Electroconvulsiva produjo mejoras significativas de  
los síntomas depresivos y de TCA, así como un aumento del  
IMC; al punto que varios años después del alta, el 46,6% de  
los pacientes no tenían evidencia de sintomatología de TCA  
(Shilton et al., 2020). Finalmente, el tratamiento integral  
basado en la evidencia, donde cumple un papel fundamental  
la Terapia Familiar, trajo consigo que muchos pacientes que  
lo recibieron como parte de su atención integral obtuvieron  
buenos resultados en el seguimiento: el 59% de los pacientes  
con BN informaron no tener episodios bulímicos o tenerlos  
menos de una vez a la semana (Stewart et al., 2022).  
(
(2020) y Garber et al. (2021).  
A partir de los resultados presentados en los diferentes  
estudios analizados, se puede concluir que los TCA están  
asociados a alteraciones en el sistema electrolítico. En  
particular, se encontró que la hipocalemia y la hiponatremia  
son las anomalías electrolíticas más frecuentes en estos, y se  
presentan con mayor frecuencia en pacientes con BN. Estas  
alteraciones pueden ser graves y potencialmente mortales,  
especialmente en casos de inanición prolongada  
y
realimentación inadecuada. Por lo tanto, es importante que los  
profesionales de la salud estén atentos a estos desequilibrios  
electrolíticos y los traten de manera adecuada y oportuna. Sin  
embargo, también es importante señalar que no todos los  
pacientes con TCA presentan anomalías electrolíticas. Por  
ello, es necesario realizar una evaluación individualizada en  
cada caso para detectar cualquier alteración en el sistema  
electrolítico y tratarla de manera adecuada.  
A su vez, en algunos artículos se refirieron los  
tratamientos, técnicas o acciones implementadas, aunque sin  
evaluar su efectividad: se describen entrevistas individuales y  
con los padres (Berksoy et al., 2018); tratamiento  
farmacológico de la comorbilidad psiquiátrica en  
adolescentes con anorexia (Bomba et al., 2018); interrogación  
Población más afectada por TCA  
En líneas generales, la revisión bibliográfica constató lo  
que la literatura científica previa ha señalado respecto a  
cuáles son las poblaciones más afectadas por los TCA.  
Tal como ratificaron varios estudios, los TCA se  
manifiestan principalmente en mujeres y, principalmente en  
adolescentes; constatándose, por ejemplo, prevalencias de  
anorexia en el 0,5-4,3% de la población femenina (Berksoy et  
al., 2018; Nickols-Richardson, 2018; Mignot-Bedetti, 2018;  
Wainwright et al., 2018; Krogulska et al., 2019; Patino et al.,  
a
los pacientes sobre el empleo de purgantes o  
comportamientos inusuales de purga, lo cual ayuda a  
identificar y detectar métodos atípicos de purga y ayudar a  
prevenir complicaciones médicas (Micula-Gondek et al.,  
2018); terapia individual y/o familiar que permita explorar  
sentimientos, creencias y comportamientos, y que ayude a  
resolver los conflictos familiares y eliminar los factores de  
estrés procedentes de la familia (Pemde, 2018; Simic et al.,  
2022); psicopatología experimental, que identifica los  
mecanismos clave que subyacen a los TCA y los síntomas que  
los componen (Racine et al., 2018); y el uso de la ayahuasca  
como herramienta terapéutica (Renelli et al., 2020).  
2
2
2
018; Nyundo et al., 2018; Chang et al., 2019; Shilton et al.,  
020; Garber et al., 2021; Spina et al., 2022; Aymerich et al.,  
022; Simic et al., 2022). Estos resultados coinciden con lo  
informado en la revisión bibliográfica de Gaete y López  
2004), que además de señalar que existen cifras  
(
significativas de TCA en población escolarizada (oscilante  
entre el 7,4% y 12%), evidenciaba que tales trastornos eran  
mayores entre las mujeres (8,3% a 23%).  
Limitaciones del trabajo  
A su vez, se pudo determinar otras características  
sociodemográficas y psicológicas de la población con TCA  
estudiadas en los artículos seleccionados: el riesgo de TCA es  
más común entre estudiantes solteros, quienes presentan  
mayor IMC y quienes practican una actividad física regular  
Se pueden señalar las siguientes limitaciones: en primer  
lugar, puesto que se trata de un campo de investigación que  
se encuentra en continua actualización, y debido a que los  
TCA están estrechamente relacionados  
a
factores  
(
Ali y Shehata, 2020). Estos resultados coinciden con una  
socioculturales, la información obtenida no puede  
considerarse definitiva ni los resultados se constituyen en una  
panorámica precisa del fenómeno. A su vez, resulta posible  
que se haya dejado abierta la presencia de un sesgo  
investigación realizada en el contexto paraguayo con 51  
participantes (71% mujeres) que tenían indicios de padecer  
TCA, y entre las que se encontró asociación significativa  
https://doi.org/10.5281/zenodo.10582515  
40  
South American Research Journal, 3(1), 33-43  
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/44/  
involuntario en la revisión, debido a que se excluyeron  
artículos como revisiones sistemáticas bibliográficas o meta-  
análisis; ello habría podido enriquecer más la información  
sobre terapias, tratamientos o acciones ante la presencia de  
TCA. Finalmente, la medición del riesgo de sesgo de los  
artículos se lo hizo a través de una herramienta previamente  
validada por otros autores, cuando es posible que otros  
instrumentos podrían ofrecer un mejor diagnóstico de la  
calidad metodológica de los artículos seleccionados.  
Eating Disorders: The Journal of Treatment & Prevention.  
Eating  
Disorders,  
30(2),  
144153.  
https://doi.org/10.1080/10640266.2022.2064109  
Bamgbola, O. F. (2022). Review of the Pathophysiologic and  
Clinical Aspects of Hypokalemia in Children and Young  
Adults: an Update. Current Treatment Options in Pediatrics,  
8
(3), 96114. https://doi.org/10.1007/s40746-022-00240-3  
Berksoy, E. A., Ozyurt, G., Anil, M., Uzum, O., & Appak, Y. C.  
(2018). Can pediatricians recognize eating disorders? A case  
study of early-onset anorexia nervosa in a male child.  
Nutrición  
Hospitalaria,  
35(2),  
499502.  
http://ovidsp.ovid.com/ovidweb.cgi?T=JS&PAGE=referenc  
e&D=med15&NEWS=N&AN=29756987  
Propuesta para futuros estudios  
Bomba, M., Tremolizzo, L., Corbetta, F., Nicosia, F., Lanfranconi,  
F., Poggioli, G., Goulene, K., Stramba-Badiale, M., Conti, E.,  
Neri, F., & Nacinovich, R. (2018). QT interval and dispersion  
in drug-free anorexia nervosa adolescents: a case control  
study. European Child and Adolescent Psychiatry, 27(7),  
861866. https://doi.org/10.1007/s00787-017-1080-1  
Bryant-Waugh, R., Micali, N., Cooke, L., Lawson, E. A., Eddy, K.  
T., & Thomas, J. J. (2019). Development of the Pica, ARFID,  
and Rumination Disorder Interview, a multi-informant, semi-  
structured interview of feeding disorders across the lifespan:  
A pilot study for ages 1022. International Journal of Eating  
Disorders, 52(4), 378387. https://doi.org/10.1002/eat.22958  
Castejón Martínez, M. Á., & Berengüi, R. (2019). Diferencias de  
personalidad y en variables psicológicas relacionadas con el  
riesgo de trastornos de la conducta alimentaria. Anales de  
La presente exploración bibliográfica se constituye en  
una actualización teórica que ratifica lo encontrado en  
revisiones sistemáticas previas, tanto en lo relacionado a las  
alteraciones en los sistemas renales y electrolíticos en  
pacientes con TCA de diferentes edades, como en lo que  
respecta a la población más afectada por los diferentes  
trastornos. Sin embargo, ahora resulta prioritario plantear  
soluciones científicas a los problemas psicológicos que  
subyacen a la existencia de los TCA; por tanto, se propone  
ampliar el campo de estudio a la evaluación cuantitativa de  
los tratamientos mayormente utilizados frente a los casos de  
TCA, es decir, medir su efectividad para paliar las distintas  
manifestaciones y comparar los resultados entre las diferentes  
terapias.  
Psicología,  
36(1),  
6473.  
https://doi.org/10.6018/analesps.361951  
Implicaciones teóricas y prácticas.  
Chang, Y. C., Thew, M., Hettich, K., Nugent, M., Simpson, P., &  
Jay, M. S. (2019). Adolescent Inpatients With Eating  
Disorders: Comparison Between Acute and Chronic  
Los TCA resultan enfermedades graves  
y
potencialmente mortales que afectan a las personas a lo largo  
de toda su vida, con un impacto especial en el desarrollo físico  
y psicológico de niños y adolescentes. A su vez, las  
alteraciones electrolíticas en las distintas poblaciones, al  
momento de ser detectadas, pueden llegar a constituirse en  
precursoras de diagnósticos de TCA. Tal como se evidenció  
en la presente revisión bibliográfica, las anomalías  
electrolíticas suelen producirse antes de que se diagnostique  
un trastorno alimentario, siendo la hipocalemia la alteración  
detectada con más frecuencia.  
Malnutrition States on  
Pediatric  
a
Refeeding Protocol. Global  
Health, 6.  
https://doi.org/10.1177/2333794X19839780  
Charlton, O. A., Dickison, P., Smith, S. D., & Roger, S. D. (2019).  
Nail clubbing in laxative abuse: Case report and review of the  
literature. Journal of Eating Disorders, 7(1), 6.  
https://doi.org/10.1186/s40337-019-0236-4  
Chelvanayagam, S., & James, J. (2018). What is diabulimia and  
what are the implications for practice? British Journal of  
Nursing,  
27(17),  
980986.  
https://doi.org/10.12968/bjon.2018.27.17.980  
En tal sentido, los hallazgos encontrados tienen  
implicaciones, además de las teóricas (pues ratificaron lo  
expresado en revisiones previas), prácticas, ya que las  
anomalías electrolíticas cuando se detectan de manera  
incidental permitirán identificar a los individuos que podrían  
beneficiarse de un cribado específico que detecte un TCA  
subyacente; lo que a su vez, posibilitaría un diagnóstico y una  
intervención más oportunos para mitigar el impacto negativo  
que los TCA tienen en la morbilidad, la mortalidad y la  
calidad de vida de los seres humanos que los padecen.  
Choi, J. W., Kwon, S. K., Kim, S. M., Cho, H., Lee, H. chang, &  
Kim, H. Y. (2018). Interstitial Nephritis Caused by Anorexia  
Nervosa in Young Male; A Case Report and Literature  
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https://doi.org/10.5049/EBP.2018.16.1.15  
Ciapponi, A. (2018). AMSTAR-2: herramienta de evaluación crítica  
de revisiones sistemáticas de estudios de intervenciones de  
salud. Evidencia, Actualizacion En La Práctica Ambulatoria,  
2
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Werthmann, J., Carter, B., O’Daly, O. G., Campbell, I. C.,  
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