South American Research Journal, 3(1), 31-36
ISSN 2806-5638
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/35
una mejor convivencia colectiva, más sana y solidaria, si
interactúan entre ellos o con los adultos (Vygotsky, 2006).
para endurecerse y posteriormente templar cualquier
herramienta. Desde el arado a la espada. Quien tuvo el
hierro tuvo el poder para conquistar y someter a otros
pueblos. (González, 2002, p. 59)
Representación de la infancia
Una de las batallas entre dorios y aqueos que canta el
poeta Homero muestra una guerra entre dos metales en la
famosa Guerra de Troya: el hierro y el bronce. Sin embargo,
los escultores no han dado al hierro el reconocimiento que
merece como sí lo han hecho con la piedra, el bronce y la
madera. Para que el hierro (conocido por algunos como hierro
dulce) llegue a ser considerado un "material noble", tuvieron
que pasar casi tres mil años, hasta comienzos del siglo XX
(González, 2002).
Uno de los primeros artistas que combinaron hierro y
latón fue Casimir Medunetsky (1899-1935), pero su obra fue
reconocida como un modelo más cercano a la ingeniería que
al arte escultórico (Mack, 2001). Por ello, varios autores
destacan el papel de Julio González (1876-1942), quien
desarrolló esta técnica a partir de los años treinta del siglo
XX, a él se le atribuye haber refundado la disciplina
escultórica en hierro, convirtiéndola en un arte del siglo XX
(Maderuelo, 2012, p. 63). No ha faltado quien lo llamara el
padre de la escultura en hierro contemporánea (Vicario,
1997).
González, aparte de fundir metal, perfeccionó la técnica
de hacer esculturas estables mediante la soldadura directa de
hojas y barras de metal, un estilo mucho más versátil, aunque
algo más frágil, lo que llegó a denominarse como escultura
"directamente en metal". Esto supone un avance hacia lo que
este artista consideraba el camino "hacia el dibujo en el
espacio" (Krauss, 2002). Picasso fue amigo de González y
empleó una técnica similar para crear esculturas como
"Cabeza de mujer".
Un referente cercano es el trabajo desarrollado por
Milton Barragán, el ecuatoriano que a fines de los años 70
incursionó en la escultura en metal, material al que dedicó dos
décadas de su vida (Barragán, 2005). Sus obras se combinan
con la arquitectura y son consideradas de gran belleza plástica
dentro de la corriente brutalista (Casado López, 2019). Las
obras de Barragán muestran un manejo formidable de
motivos figurativos y abstractos trabajados con soldadura
eléctrica (Barragán, 2020). Es un referente porque, como
señala Siguenza (2011), "su técnica tiene como elementos
fundamentales el acero y la soldadura" (párr. 5).
El pedagogo del arte Arno Stern (1924) señala que las
habilidades de los artistas tienen mucho de la huella infantil,
por lo que muchas de las creaciones relacionadas con la
infancia recurren de forma periódica
representaciones, incluyendo los rituales de la infancia (Stern
Honegger, 2011). Sin embargo, al revisar la historia, se
a
varias
&
puede observar que el arte que simboliza a los niños no estaba
bien representado en la antigüedad, ya que el canon de belleza
se centraba particularmente en el efebo, el adulto, el
poderoso, el valiente, entre otros aspectos que resaltaban la
virtud y la nobleza propias de la antigüedad (Torre et al.,
2
016). En el siglo XVII, el pintor español de arte religioso
Bartolomé Esteban Murillo produjo una cantidad
considerable de pinturas de niños de su época. Estos retratos,
vivos y realistas, constituyen uno de los primeros registros
extensos y atractivos de la vida cotidiana infantil (Valdivieso
y Murillo, 2010).
Uno de los escultores más destacados en el mundo
infantil es Efraïm Rodriguez. Su trabajo a menudo se centra
en el mundo de los bebés o niños, que son representados en
actitudes espirituales, físicas o intelectuales, pero en todas
ellas se advierte una estética onírica. Todo su trabajo es de
tamaño natural, una escala que, en este contexto, enfatiza lo
surrealista. "Para mí", dice Efraïm Rodriguez, "la escultura es
una reconstrucción del mundo. Siempre construyo mis
esculturas en tamaño real: el referente, la escultura y el
espectador viven en el mismo lugar y respiran el mismo aire"
(
Catren, 2017).
Por su parte, el arte surrealista neogótico infantil ha sido
explotado por la industria del cine, particularmente por Tim
Burton, quien en películas como Frankenweenie muestra su
lado más tierno pero a la vez oscuro (Burton, 2005;
McMahon, 2014). Un referente que deja entre paréntesis lo
fantástico y se adentra en la psicología infantil y la difícil
relación que ésta tiene con el mundo de los adultos se aprecia
en el trabajo de Gehard Demetz, cuyas esculturas presentan a
niños con aspectos gélidos, cercanos al terror (Sacaluga,
2
014).
La escultura en metal
No obstante, la escultura infantil en metal era
desconocida hasta que el argentino Guillermo Rigattieri
(2020) empezó a esculpir en hierro y latón. Este autor ha
desarrollado una estética fantástica creando pequeñas
esculturas de niños que juegan, van a la escuela, sueñan, etc.,
conservando su candidez. En la mayoría de sus obras, se
advierte un estilo surrealista.
La escultura en metal no es nueva si consideramos las
obras que se empezaron a realizar a lo largo de la evolución
humana como reemplazo de las herramientas de piedra. Si
bien la creación escultórica en piedra es mucho más antigua,
con la llegada del metal se pudieron crear utensilios como
raspadores, hachas y cuchillos, pero la contribución más
importante para el arte fue la creación del cincel de hierro
como herramienta fundamental para la escultura. No debemos
olvidar que:
Su obra es fascinante y lúdica, nos invita a participar
de un mundo donde se relacionan distintas temáticas.
Niños, animales, barcos que naufragan en el aire, seres
imposibles, máquinas, éxodos, artefactos voladores,
bestias, música, juegos y humor son algunos de los
elementos que se combinan para dar nacimiento a un
universo de fantasía único. (Nafissi, 2012, párr. 2)
Durante mucho tiempo, el hierro se presentó como un
metal inútil. Ya conocido en la prehistoria, en su
versión meteorítica, era una rareza de coleccionista,
pero sin utilidad práctica. La razón estaba en las altas
temperaturas requeridas para su fusión y en el
resultado quebradizo que de ello se obtenía. Un pueblo
de oriente próximo aprendió a forjarlo y la forja dotó
al hierro de los suficientes cristales de carbono como
Aunque no cuenta con una serie dedicada
específicamente a los niños o a la infancia, muchas de sus
obras son un referente en el manejo alegórico de los sueños y
juegos de la niñez. Su estilo de soldar piezas de metal, el
https://doi.org/10.5281/zenodo.8042076
32