South American Research Journal, 1(1), 21-27  
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ISSN 2806-5638  
components with exploratory factor analysis, described 51.37%  
of the variance with a single factor. Several factors of their  
situation were analyzed and it was found that the fact of  
considering them unhappy, witnessing parental violence from a  
partner, having relapsed in the foster care of minors, consuming  
drugs, missing school and preserving the desire for revenge for  
the future, are factors associated with recidivism in child abuse.  
Keywords: child abuse, reception centers, family  
reintegration, recidivism, violence.  
Factores asociados a la reincidencia en  
maltrato de niños reinsertados al hogar  
después de haber sido acogidos en un  
centro de protección infantil  
Factors associated with the recurrence of  
abuse in children reintegrated into the home  
after having been taken in a child protection  
center  
INTRODUCCIÓN  
El maltrato infantil es un asunto no superado en la  
sociedad; es una de las mayores causas de discapacidad, por  
lo que en muchos ámbitos se considera un problema de salud  
pública (Muñoz, 2006). Dupret (2012) considera que la  
mayoría de estudios de violencia se centran en la víctima y no  
en el ambiente familiar. La familia es un espacio afectivo y  
privado importantísimo vinculado a la comunicación y a la  
cultura. En efecto, Chavarría (1990) considera que la familia  
transmite la cultura de los padres a los hijos, por lo tanto,  
enseña el lenguaje, los modos de alimentación, la relación con  
los demás, al tiempo que forma moral y espiritualmente.  
Sin embargo, no toda la familia es garantía para sus  
integrantes cuando se produce “o existe el riesgo inminente  
de que se produzca una violación de sus derechos por acción  
u omisión del Estado, la sociedad, sus progenitores, o  
responsables o del propio niño o adolescente” (Código de la  
niñez y adolescencia, 2003, Art. 215). Aspectos como la  
negligencia en la atención de necesidades básicas de los  
niños, el maltrato físico que daña o hiere al niño, el maltrato  
psicológico, el abuso sexual, la explotación sexual, la  
explotación laboral, la inducción a la mendicidad, la  
corrupción, la alienación parental para transformar la  
conciencia de los hijos con el afán de destruir vínculos con el  
otro progenitor, el abandono o la renuncia son algunas de las  
formas de maltrato infantil (González y Guinart, 2011).  
Según un reporte de Chile, la mitad de niños ha sufrido  
violencia física y las tres cuartas partes psicológica (UNICEF,  
2000).  
La autoridad competente debe identificar a los autores  
del maltrato infantil. Mediante declaratoria, emitida por un  
juez y frente a la ausencia de una familia capaz de asumir la  
tutela de los niños, se puede separar temporalmente a los  
niños de su propia familia (Código de la Niñez y  
Adolescencia, 2003). Desde los años ochenta estos centros  
forman parte de los sistemas de protección infantil como  
medida alternativa a la familia biológica (Boada, 2006).  
Los centros de acogimiento deben poseer los equipos  
técnicos necesarios para encaminar, resguardar, optimar,  
fortalecer o restituir los vínculos familiares, mientras se  
resuelve la situación que motiva el acogimiento (Ministerio  
de Inclusión Económica y Social, 2010). Sin embargo, es  
sabido que no es beneficioso que los niños crezcan en centros  
de atención; en tal sentido, se requiere de una adopción, de  
colocación familiar o de reinserción familiar que son lugares  
adecuados para el sano desarrollo de los menores (Boada,  
Christian Delgado1  
y Milton Capón2  
1Facultad de Ciencias Sociales, Educación y Humanidades de la  
UniversidadTécnicaParticulardeLoja.SanCayetanoAlto,C.París,Loja  
Maestría en Política Social de la Infancia y Adolescencia de la  
UniversidadPolitécnicaSalesiana.C.Vieja12-30y,Cuenca, Ecuador  
Correspondencia: cadelgado22@utpl.edu.ec  
Recepción:2deenerode2021-Aceptación:30demarzode2021  
Publicación:1dejuniode2021(Actualizado el14dejuliode2021)  
2
RESUMEN  
El presente estudio tuvo por objetivo determinar qué  
factores se asocian a la reincidencia en maltrato de niños  
reinsertados al hogar después de haber sido acogidos en un  
centro de protección infantil. Para ello se estudió a niños  
pertenecientes al Centro de Acogida Infantil CAI (Fundación  
Hogar Para todos) del cantón Azogues-Ecuador, quienes en  
2
016 fueron reinsertados a sus hogares de manera regular; el  
número de niños seleccionados aleatoriamente fue 50. A ellos se  
los visitó con un psicólogo y una trabajadora social para  
averiguar su situación después de tres años de haber sido  
reinsertados. Se diseñó una escala tipo Likert de 23 ítems para  
valorar el nivel de reincidencia en el maltrato infantil, mismo  
que, mediante un proceso de extracción de componentes  
principales con análisis factorial exploratorio explicó un 51,37%  
de la varianza con un solo factor. Se analizó varios factores de su  
situación y se encontró que el hecho de considerarse infelices,  
presenciar violencia parental de pareja, haber reincidido en el  
acogimiento de menores, consumir drogas, faltar a la escuela y  
conservar los deseos de venganza para el futuro, son factores  
asociados a la reincidencia en el maltrato.  
Palabras clave: maltrato infantil, centros de acogida,  
reinserción familiar, reincidencia, violencia.  
ABSTRACT  
The objective of the present study was to determine what  
factors are associated with the recurrence of abuse in children  
reinserted into the home after having been welcomed in a child  
protection center. To this end, children belonging to a CAI  
Children's Shelter Center (Fundación Hogar para Todos) in  
Azogues canton, Ecuador, were studied under the protection  
measures communicated by a judge, and who, in 2016, were  
reinserted into their homes afterwards, the number of randomly  
selected children was out of a total of 50 minors. They were  
personally visited with a psychologist and a social worker to find  
out their situation after three years of being reinserted. A 23-item  
Likert-type scale was designed to assess the level of recidivism  
in child abuse, which, through a process of extraction of main  
2
006). Por ello, en esta institución, un trabajador social y un  
psicólogo deben liderar el proceso de reinserción familiar  
cuando se haya resuelto la situación motivadora del  
acogimiento y, si es que no resuelve, acoger la medida  
sugerida por la autoridad (Ministerio de Inclusión Económica  
y Social, 2010).  
http://doi.org/10.5281/zenodo.4945906  
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No obstante, existen factores de trascendental  
importancia que deben asegurar la reinserción familiar  
adecuada. La falta de habilidades parentales es un factor de  
riesgo para la existencia de conducta violenta. Según un  
reporte de Chile, la mayoría de niños recibe algún tipo de  
violencia (UNICEF, 2000). Un padre alcohólico grita al  
niño, lo ofende de palabra y lo ignora, así como las familias  
consideran que el niño se pone nervioso, llora o se esconde  
por temor (Núñez et al., 2014). En efecto, existen ciertas  
características inherentes al menor que favorecen el  
maltrato. Son los padres y madres, pero especialmente estas  
últimas, las personas que ejercen mayormente violencia  
contra el niño (Aguiar et al., 2006).  
Además de ello, resulta que el estrés generado por  
una mala relación afecta el desarrollo socio afectivo de los  
hijos (Junco, 2014). Un padre que ejerce violencia de género  
contra la madre, es generador de efectos negativos en los  
hijos, sin importar la edad pues si no son violentados  
físicamente, son violentados psicológicamente al ser  
testigos de los actos violentos que padecen sus madres  
Aspectos relacionados a la reincidencia en el  
maltrato infantil también se reflejan en el propio niño a nivel  
individual, al reconocerse como alguien infeliz, consumir  
drogas o cuando manifiesta el deseo de vengarse de sus  
agresores. “El bienestar y felicidad de los niños es una  
producción humana, resultado del esfuerzo de la sociedad  
en su conjunto” (Barudy, 1998, p. 86), por ejemplo, la  
autopercepción de la felicidad. Si el menor vive en un  
ambiente de consumo de alcohol y drogas, sus efectos son  
muy nocivos y perjudiciales pues los niños terminan por  
imitar a los adultos, más aún cuando han sido maltratados  
por los adultos (Salcedo y Carvalho, 2005). El riesgo de  
consumo en ellos es mucho más alto que en los niños que  
no han sido maltratados (Zunzunegui et al., 1997). Aunque  
para evitar la re-victimización no se averigua cómo fue el  
maltrato, algunas terapias narrativas indagan en el pasado  
de los niños (Kaitzberg, 2016), mucho más si las terapias  
son psicoanalíticas (Uribe, 2011); sin embargo, no es  
necesario averiguar por su pasado, también se puede  
averiguar por sus planes futuros. Si es que los deseos de  
venganza se mantienen ello podría deberse a que el maltrato  
a los niños persiste; no obstante, si es que aparecen otras  
percepciones mucho más prometedoras –como el deseo de  
estudiar, obtener una profesión y ayudar a la familia– se  
puede señalar que el maltrato es menor.  
(
García, 2006). Las limitaciones en la convivencia familiar  
también generan problemas, en efecto, si es que el trabajo  
permite atender a los horarios familiares, se eleva el nivel  
de bienestar de la familia (Arriagada, 2004), así como  
también la situación en la escuela (Piedra et al., 2014). Pese  
a que la madre es la figura parental que más agrede, también  
suele ser la más protectora; sin embargo, también se sabe  
que las madres de niños maltratados presentan pocas  
habilidades para la resolución de problemas, son impulsivas  
y reacias a expresar emociones (Antequera, 2006). En este  
sentido, que un niño tenga una buena relación con su madre  
resulta un indicador muy favorable de la convivencia  
familiar. En los procesos de reinserción familiar es  
importante tener en cuenta estos indicadores indirectos del  
maltrato infantil.  
Finalmente, existen aspectos relativos al ámbito de la  
institución de acogimiento familiar  
y la institución  
educativa. Para ello, es menester considerar dos aspectos  
cruciales: las veces que un menor es acogido o si mantiene  
su asistencia regular a la escuela. El afán es conseguir la  
reinserción familiar; sin embargo, si se reconoce que ahí se  
produjo el maltrato y si es que el niño tiene que volver a  
vivir con su agresor, la situación se torna muy compleja  
(Faraone, 2000). Es importante tener en consideración que,  
el hecho de reincidir en el maltrato infantil genera  
problemas en el plan de vida de los menores; es así que su  
sentido de pertenencia se agrava con la adolescencia  
(Arévalo y Lavezzari, 2019). Cabe señalar que uno de los  
factores más comunes dentro del maltrato infantil por  
negligencia se puede verificar en la inasistencia del menor a  
la escuela, aunque ello no necesariamente constituye  
información suficiente sobre el maltrato infantil en la  
familia (Knaul y Ramírez, 2003). Sin embargo, es un  
indicador importante que debe considerarse en los estudios  
de psicología y trabajo social para asegurar que el nivel de  
maltrato ha mejorado significativamente.  
Es importante gozar de estabilidad socioeconómica.  
La dimensión de riesgo se compone por las dificultades que  
poseen los adultos para tener oportunidad de acceso al  
empleo y a una adecuada inserción social, sumado a los  
problemas económicos y a la pobreza” (Morelato, 2011, p.  
2
16); en contraparte, la protección se incrementa en gran  
medida cuando existe apoyo económico, trabajo, salud,  
vivienda y educación. Sin embargo, existen estudios que  
sostienen que los bajos ingresos no son factores de riesgo de  
violencia (Fernández et al., 2006), aunque son pocos.  
La mayoría de estudios sostiene que los bajos  
ingresos pueden generar conflictos en la familia y repercutir  
en la satisfacción plena de sus necesidades (Pineda, et al.,  
En el marco de lo expuesto cabe preguntarse: ¿Cómo  
son las relaciones intrafamiliares, la situación económica  
familiar, la percepción de felicidad y bienestar, así como  
aspectos institucionales relacionados que tienen los niños,  
una vez que han sido reinsertados a la familia y cómo estos  
eventos están asociados a la reincidencia en maltrato  
infantil?  
2
011). “Los factores económicos instrumentan la condición  
de aquellas personas a las que las prácticas sociales les  
niegan la participación en la distribución de lo producido  
económicamente por las sociedades en las que se privilegian  
las riquezas en manos de una minoría” (Giberti et al., 2005).  
Incluso existen análisis que evalúan el bienestar infantil y la  
ausencia de maltrato en función del PIB (Gómez, et al.,  
MÉTODOS Y TÉCNICAS  
Población y muestra  
2
010). El hecho de que los padres de familia tengan ingresos  
suficientes para adquirir los bienes y servicios que necesita  
la familia son importantes predictores de las relaciones  
intrafamiliares (Tovar et al., 2016). Este elemento también  
se percibe en cuanto al espacio en que se reside; una  
percepción positiva respecto a la seguridad del barrio en que  
se vive, es un buen indicador de la situación económica  
familiar.  
Durante el año 2011 y 2013, un total de 103 niños  
fueron ingresados en un Centro de Acogida Infantil CAI  
(Fundación Hogar Para todos) del cantón Azogues-Ecuador,  
debido a medidas de protección dictaminadas por un juez.  
Al revisar las fichas de trabajo social, se advierten la o las  
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22  
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razones por las que se dio la medida de protección,  
encontrándose las siguientes: el 24% ingresó por haber  
recibido maltrato físico en su hogar, el 32% por haber  
recibido maltrato psicológico, el 12% por maltrato por  
omisión, el 28% por haber sido abandonados, el 10% por  
violencia intrafamiliar (entre padres), el 12% por violencia  
sexual, el 20% porque sus padres pasaron a ser personas  
privadas de libertad. En el año 2016 se seleccionó  
aleatoriamente a un total de 50 de ellos, razón por la cual se  
los denomina «exacogidos» del CAI. Se ubicó a la muestra  
de exacogidos y, previo consentimiento informado de los  
representantes (en caso de los 46 menores de edad) o  
directamente de ellos en caso de que hayan cumplido  
mayoría de edad (4 casos), se procedió a aplicarles el  
instrumento de evaluación en las residencias de cada  
individuo que era un exacogido del CAI.  
una prueba de Chi-cuadrado de Pearson. El nivel de riesgo  
o protección, por su parte, se midió con Odds Ratio al 95%.  
RESULTADOS  
Con el propósito de identificar los factores asociados  
al maltrato alto que viven los niños en situación de  
violencia, después del proceso de internamiento en un  
Centro de Acogida Infantil –una vez reinsertados en sus  
hogares–, se compara aquellos casos que tienen altos niveles  
de violencia, según la escala aplicada en aquellos que tienen  
bajos niveles de violencia. Para identificar factores  
asociados a la situación de los niños se consideraron cuatro  
categorías: relación institucional, situación socioeconómica  
familiar, relación familiar y situación individual.  
La primera aborda la situación institucional respecto  
al CAI y respecto a la escuela o colegio (Tabla 1). Se  
consideró las veces que habían ingresado al CAI: el 72%  
ingresó solamente por una ocasión; el restante 28%, dos o  
más veces. El hecho de haber ingresado sólo por una  
ocasión es un factor que disminuye el riesgo de sufrir «alto  
maltrato», mientras que haber ingresado más de una vez es  
algo característico de los exacogidos para sufrir «alto  
maltrato».  
Instrumentos  
Para conocer el nivel de maltrato se creó una escala  
con 23 puntos que se consideran importantes dentro de la  
violencia intrafamiliar. La escala de medida es de tipo Likert  
con cuatro categorías de respuesta: 0 = siempre, 1 = muchas  
veces, 2 = pocas veces y 3 = nunca. Algunas preguntas se  
plantean de forma negativa, por lo tanto, en la sumatoria la  
ausencia de maltrato significa 0 puntos y la presencia  
máxima 69 puntos. Al evaluar la fiabilidad del instrumento  
se encontró un Alfa de Cronbach de 0,931 puntos  
equivalente a un nivel muy alto. Partiendo de la premisa de  
que la mayoría de hechos sociales son susceptibles de  
realizar una evaluación cuantitativa (Cabrera, 2017), se  
empleó el Análisis Factorial Exploratorio realizado con el  
método de extracción de componentes principales muestra  
que un factor explica el 51,37% de la varianza, un valor que  
se considera aceptable para iniciar un proceso de validación  
psicométrica (Lovia-Boateng, 2018).  
Los resultados demostraron que la sumatoria de los  
ítems da un promedio de 43,3 puntos con un valor mínimo  
de 24,67 puntos y un valor máximo de 69 puntos; mientras  
que la mediana es de 43 puntos. Los resultados se  
dicotomizaron en dos grupos, aquellos que tienen niveles  
extremos de violencia que están por arriba de la mediana al  
que se denomina ‘Alto maltrato’ (52%) y aquellos que  
tuvieron una sumatoria igual o menor que la mediana cuyo  
nivel de violencia no es extremo al que simplemente se  
denominará ‘maltrato’ (48%).  
A continuación se encuentra el hecho de asistir a la  
escuela siempre (36,7%) o faltar a la escuela con frecuencia  
(
63,3%). En este caso, no asistir a la escuela con frecuencia  
es un factor de riesgo 3,63 veces más peligroso para sufrir  
alto maltrato».  
La segunda categoría de análisis constituye la  
«
situación socioeconómica familiar; ésta considera dos  
aspectos: el trabajo de los padres y el barrio en el que se  
ubica la residencia (Tabla 2). La situación económica de la  
familia depende de los ingresos familiares: el 34,7%  
corresponde a padres que trabajan y el 65,3% a familias en  
las que los padres no trabajan y si trabajan solamente lo  
hacen parcialmente. La falta de trabajo de los padres de  
familia constituye un riesgo 6 veces mayor para sufrir «alto  
maltrato» en los exacogidos.  
Otro aspecto característico del grupo es la percepción  
que tienen los niños sobre el barrio en que viven; aquellos  
que consideran que es seguro están compuestos por un  
4
2,9% de niños, a diferencia del 57,1% que considera que  
este espacio es poco seguro o nada seguro. Una percepción  
de inseguridad que tienen del espacio en el que se encuentra  
ubicada su residencia es 9,6 veces más peligrosa para sufrir  
De igual manera, se procedió con las demás  
preguntas, se las agrupó de forma dicotómica para conocer  
las condiciones en las que se desempeñan en la actualidad.  
Estas preguntas se expondrán en los resultados.  
«
alto maltrato» en los niños exacogidos.  
En la Tabla 3 se expone la situación de las relaciones  
intrafamiliares. Se consideran tres aspectos: relación entre  
progenitores, existencia de un horario familiar y relación  
que tienen con la madre.  
Análisis de la información  
En el tipo de familia se consideró si la pareja  
mantenía alguna relación cordial, siendo una familia  
nuclear, separada o reconstruida; o si, en su defecto, la  
relación entre padres no era cordial o ni siquiera existía  
Los resultados fueron procesados en el programa  
SPSS 25 (Field, 2018), con el cual se calcularon estadísticos  
descriptivos de medida de tendencia central y variabilidad  
para establecer un corte en la mediana de la escala de  
maltrato. Las variables fueron dicotomizadas en todos los  
casos para establecer niveles de riesgo o protección del  
maltrato (alto o bajo) en relación con las instituciones a las  
que se vinculan o vincularon los niños, la situación  
socioeconómica familiar, la relación familiar y situación  
individual. Para establecer si existe asociación se realizó  
(
54%), cuestión que ocurre en las familias monoparentales  
y de callejetización (46%). Una relación cordial entre los  
progenitores constituye para el exacogido un factor de  
protección.  
Respecto a la relación que mantienen con la madre,  
se encontró que el 48,6% mantiene una relación excelente;  
muchos señalan que es la persona con la que mejor se llevan.  
http://doi.org/10.5281/zenodo.4945906  
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Por su parte, el 51,4% tiene una relación diferente, en la que  
no mantienen una buena relación. En efecto, una mala  
relación con la madre constituye un factor de riesgo 6,8  
veces más peligroso de tener «alto maltrato» en los  
exacogidos.  
Tabla 1  
Factores institucionales relacionados con la reincidencia en maltrato infantil  
Maltrato  
Odds Ratio IC 95%  
p
Límite  
Límite  
Alto maltrato  
46,20%  
Bajo maltrato  
100,00%  
Total  
72,00%  
28,00%  
63,30%  
36,70%  
OR  
Inferior  
Superior  
Una sola  
0
,333  
,636  
0,210  
1,068  
0,529  
0,000**  
0,035*  
Dos o más  
No siempre  
Siempre  
53,80%  
47,80%  
76,90%  
23,10%  
3
12,384  
52,20%  
Nota: * la significancia es ˂0,05; ** la significancia es ˂0,01.  
Tabla 2  
Factores socioeconómicos familiares relacionados con la reincidencia en maltrato infantil  
Maltrato  
Odds Ratio IC 95%  
Factor  
p
Bajo  
maltrato  
Límite  
Inferior  
Límite  
Superior  
Alto maltrato  
4,00%  
Total  
OR  
No trabaja o trabaja  
parcialmente  
8
45,80%  
65,30%  
34,70%  
57,10%  
42,90%  
6
,205  
,600  
1,629  
2,567  
23,628  
35,905  
0,005**  
0,000**  
Sí, uno o ambos  
Inseguro  
16,00%  
80,80%  
19,20%  
54,20%  
30,40%  
69,60%  
9
Seguro  
Nota: ** la significancia es ˂0,01.  
Tabla 3  
Factores de relación intrafamiliar asociados con la reincidencia en maltrato infantil  
Maltrato  
Odds Ratio IC 95%  
Factor  
p
Límite  
Inferior  
Límite  
Superior  
Alto maltrato  
37,50%  
Bajo maltrato  
69,20%  
Total  
OR  
Cordial  
54,00%  
46,00%  
74,00%  
26,00%  
51,40%  
48,60%  
0
0
6
,267  
,351  
,875  
0,082  
0,227  
1,477  
0,862  
0,544  
0,025*  
0,000**  
0,010*  
Mala o ausente  
Si existe  
No existe  
Mala  
62,50%  
30,80%  
50,00%  
100,00%  
0,00%  
50,00%  
78,60%  
34,80%  
32,011  
Excelente  
21,40%  
65,20%  
Nota: * la significancia es ˂0,05; ** la significancia es ˂0,01.  
http://doi.org/10.5281/zenodo.4945906  
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https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/3  
ISSN 2806-5638  
Tabla 4  
Factores individuales asociados con la reincidencia en maltrato infantil  
Maltrato  
Odds Ratio IC 95%  
Factor  
p
Límite  
Inferior  
Límite  
Superior  
Alto maltrato  
76,90%  
Bajo maltrato  
20,80%  
Total  
OR  
Se siente igual  
40,50%  
59,50%  
14,00%  
86,00%  
40,00%  
1
2,667  
2,498  
1,617  
64,217  
3,167  
0,001**  
0,006**  
Es feliz  
Si  
23,10%  
79,20%  
26,90%  
0
,00%  
00%  
2
,263  
,076  
No  
73,10%  
1
Ser profesional y  
apoyar a la familia  
3
4,60%  
87,50%  
0
0,018  
0,324  
0,000**  
Emanciparse y  
vengarse de los  
65,40%  
12,50%  
60,00%  
agresores  
Nota: ** la significancia es ˂0,01.  
Finalmente, en la Tabla 4 se observa la situación  
individual de los exacogidos, considerando su percepción de  
felicidad, el consumo de drogas y su visión del futuro. Se  
preguntó a los niños si se sentían felices de vivir actualmente  
en el hogar, a lo que la mayoría sostuvo que se consideraban  
felices (59%); sin embargo, todavía hay quienes se sienten  
tristes o de igual manera a cuando llegaron al CAI. El  
porcentaje marcado de exacogidos que señalaron sentirse  
igual que antes se ubica, en su mayoría, dentro del riesgo  
extremo; por lo tanto, manifestar que no se es feliz, es señal  
de que sufren «alto maltrato», un riesgo 12,67 veces más alto  
que decir que se es feliz.  
El 14% consume drogas y los demás no lo hacen;  
curiosamente, este porcentaje recae sobre el grupo de  
exacogidos que sufre «alto maltrato». Por lo tanto, el  
consumo de drogas está asociado 2,26 veces más con quienes  
sufren «alto maltrato».  
Por último, se han clasificado en dos grupos los deseos  
que tienen para el futuro. Por un lado, se encontró que  
algunos niños guardan mucho rencor con su familia, desean  
emanciparse lo más pronto posible, quieren vengarse de lo  
que les han hecho otras personas, no tienen una visión  
profesional ni económica de realización (60%); como  
contraparte se encuentran los niños cuyos sueños son conocer  
a su progenitor, quieren emigrar al extranjero para ayudar a  
la familia o sueñan con ser profesionales (40%). En este caso,  
los sueños de un mejor futuro se constituyen en un factor de  
protección para los exacogidos.  
Respecto a la situación familiar, se ha demostrado que  
las relaciones parentales son importantes pues si existe  
violencia entre los progenitores, los niños terminan siendo  
víctimas indirectamente, a pesar de no ser maltratados  
físicamente (García, 2006); por lo tanto, un ambiente sano  
implica que padre y madre tengan relaciones que no generen  
estrés en los niños (Junco, 2014). Disponer de un trabajo que  
les permita compartir en familia es importante para las  
relaciones familiares (Arriagada, 2004), los horarios incluso  
importan en el ámbito del desempeño académico (Piedra  
et al., 2014).  
Resulta de mucha importancia conocer la situación  
económica que atraviesa la familia pues existen muchos  
estudios que sostienen que los factores económicos son  
predictores de bienestar en la niñez (Giberti et al., 2005;  
Gómez et al., 2010; Tovar et al., 2016). Es muy alto el nivel  
de predicción en términos de riesgo que tiene la situación  
socioeconómica (Vidal et al., 2017). Una sociedad justa con  
la familia genera familias justas con los niños. Hay que tener  
en cuenta que los niños conforman la estructura social más  
débil por lo que necesita protección.  
El hecho de saber si los niños se auto-perciben como  
felices o infelices constituye un elemento crucial para  
predecir si existe reincidencia en el maltrato. De hecho, esta  
simple pregunta es el predictor de maltrato más alto que  
tienen los niños. El hecho de incurrir en el consumo de drogas  
siendo menores de edad, resulta imprescindible para conocer  
la reincidencia en el maltrato infantil (Hindley et al., 2006).  
Por último, un aspecto que llama mucho la atención y del cual  
no existen reportes teóricos más allá que las psicologías  
narrativas (Uribe, 2011: Kaitzberg, 2016), es el deseo de  
venganza que guardan los menores de edad con sus  
maltratadores.  
Conviene indicar otro factor en la institucionalización  
de los niños. La reinserción de los niños al centro de acogida  
infantil es un indicador obvio pero que demanda especial  
cuidado en las propuestas de una nueva reinserción familiar.  
Los niños que se encuentran en esta situación (reinsertados)  
son mucho más vulnerables que aquello que no se hallan en  
ella. La asistencia regular a clases resulta en cambio un factor  
DISCUSIÓN  
No existen estudios vinculados directamente al ámbito  
de la reincidencia en el maltrato infantil, por lo que el estado  
del arte para discutir resulta bastante limitado. Se necesita  
más investigación para evaluar mejor y orientar mejor los  
servicios a las necesidades especiales de los niños pequeños  
y sus familias si queremos protegerlos y reducir el maltrato  
infantil en el futuro (Palusci, 2011). Sin embargo, es posible  
realizar una aproximación sobre aspectos relevantes  
encontrados en el presente estudio.  
http://doi.org/10.5281/zenodo.4945906  
25  
South American Research Journal, 1(1), 21-27  
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/3  
ISSN 2806-5638  
importante para evitar el maltrato infantil (Knaul y Ramírez,  
the children and the child welfare workers. 15(2).  
https://dugi-doc.udg.edu/handle/10256/1670  
Cabrera, H. (2017). Controversia irresuelta en la teoría de sistemas.  
Universitas, Revista de Ciencias Sociales y Humanas, 26,  
2
003).  
La respuesta a la pregunta formulada inicialmente:  
Cómo son las relaciones intrafamiliares, la situación  
¿
2
21-234. https://doi.org/10.17163/uni.n26.2017.09  
económica familiar, la percepción de felicidad y bienestar, así  
como aspectos institucionales relacionados que tienen los  
niños una vez que han sido reinsertados a la familia y cómo  
estos eventos están asociados a la reincidencia en maltrato  
infantil? En la mitad de los casos, conforme el instrumento  
desarrollado, tienen problemas que persisten. Sin embargo,  
esta mitad está asociada a diversos factores que la predicen.  
Identificar estos factores constituye un avance muy  
importante, pues los estudios más actuales sugieren que una  
detección temprana de maltrato previene el maltrato (van der  
Put et al., 2017). Hay que tener en consideración que el estrés  
causado por el maltrato (particularmente el sexual) ocurre en  
dos de cada tres víctimas (Lange, 2021), sólo una alcanza la  
resiliencia suficiente para convivir con el maltratador.  
Chavarría, A. (1990). Derecho sobre la familia y el niño. EUNED.  
Código de la niñez y adolescencia, Pub. L. No. Registro Oficial 737,  
1
00  
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(2003).  
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Giberti, E., Garaventa, J. y Lamberti, S. (2005). Vulnerabilidad,  
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Hindley, N., Ramchandani, P. y Jones, D. P. H. (2006). Risk factors  
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Archives of Disease in Childhood, 91(9), 744-752.  
https://doi.org/10.1136/adc.2005.085639  
Lange, J. (2021). Der sexuelle Kindesmissbrauch als  
Herausforderung für die Soziale Arbeit [Bachelorarbeit,  
LIMITACIONES  
La escala del estudio no consideró por separado las  
dimensiones de maltrato físico, psicológico o por negligencia  
como sugieren hacerlo varios estudios (Hindley et al., 2006),  
ello es importante, incluso, si es que no se encuentran  
diferencias significativas en estos factores (Palusci, 2011).  
Otros factores como la salud mental de los padres de familia,  
el tiempo de acogida en el centro, número de niños en el hogar  
en el momento de la reunificación, así como la interacción  
entre la estructura del hogar deben controlarse en los  
seguimientos futuros a niños reinsertados.  
SLUB].  
https://slub.qucosa.de/landing-  
page/?tx_dlf[id]=https%3A%2F%2Fslub.qucosa.de%2Fapi  
%2Fqucosa%253A74430%2Fmets  
Lovia-Boateng, S. (2018). Structural Equation Modelling (SEM)  
Made Easy for Business and Social Science: Research Using  
SPSS and AMOS. Kindle Direct Publishing.  
Ministerio de Inclusión Económica y Social. (2010). Modelo de  
atención de entidades de acogimiento de administración  
directa del MIES. MIES. http://www.inclusion.gob.ec/wp-  
content/uploads/downloads/2013/11/MODELO-DE-  
ATENCION-PARA-ACOGIMIENTO-  
CONCLUSIONES  
Ante la ausencia de un instrumento que valore la  
reincidencia de maltrato infantil se creó una escala con un  
solo factor; esta escala con un corte en la mediana permite  
conocer qué tan afectados se encuentran los niños  
reinsertados a la familia después de haber permanecido por  
un tiempo en un centro de acogimiento de menores  
INSTITUCIONAL.pdf  
Morelato, G. (2011). Resiliencia en el maltrato infantil: Aportes  
para la comprensión de factores desde un modelo ecológico.  
Revista de Psicología (PUCP), 29(2), 203-224.  
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_abstract&pi  
d=S0254-92472011000200001&lng=es&nrm=iso&tlng=en  
Palusci, V. J. (2011). Risk factors and services for child  
maltreatment among infants and young children. Children  
and Youth Services Review, 33(8), 1374-1382.  
https://doi.org/10.1016/j.childyouth.2011.04.025  
(
separados de su familia). El hecho de considerarse infelices,  
presenciar violencia parental de pareja, haber reincidido en el  
acogimiento de menores, consumir drogas, faltar a la escuela  
y conservar los deseos de venganza para el futuro, son  
factores asociados a la reincidencia en el maltrato infantil. El  
marco de referencia de este estudio es limitado. Futuros  
estudios deben buscar maneras de analizar validez y  
fiabilidad de esta escala en muestras mucho más grandes.  
Piedra, E., Vélez, X., Arciniegas, L., Pacurucu, A., Cabrera, P., &  
Mora, F. (2014). Factores de riesgo social en el desempeño  
escolar. 1-13.  
https://doi.org/10.18537/mskn.05.01.01  
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0).  
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foster care: a study from the perspective of the caregivers,  
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https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4412594  
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27